Me han preguntado varias veces sobre la conexión entre el mensaje del libro “Yo soy Tú” y la Economía del Bien Común, movimiento al que pertenezco y cuyas ideas y valores comparto e incluyo en el libro. La respuesta es clara: Sin sentir el mensaje de “Yo soy Tú” nunca lograremos aplicar los principios de la Economía del Bien Común.
A continuación resumiré los orígenes del concepto del Bien Común a nivel filosófico y político para, finalmente, ilustrar su intrínseca y necesaria relación con el mensaje de “Yo soy Tú”.
El concepto del Bien Común.
Gracias al libro la “Economía del Bien Común” de Christian Felber y a sus maravillosas conferencias, se ha originado un movimiento social que se presenta como una nueva alternativa de sistema político, económico y social de la actual sociedad. Como bien indica el propio Felber, el concepto del Bien Común es bastante antiguo. Los clásicos griegos ya lo citan y quien lo utiliza y define con gran precisión es Santo Tomas de Aquino en el siglo XIII en su Summa theologiae. No solo explica que el fin de la Política es el Bien Común si no que también habla del Bien Común con elevado sentido metafísico y espiritual, siendo éste una virtud que debe nacer en cada persona. Ya en el siglo XVIII, Jean-Jacques Rousseau en “El Contrato Social” argumenta cómo el fin de la voluntad general es el Bien Común, por lo que la política y los gobernantes – como representantes del pueblo soberano – deben gobernar según la voluntad general y, en consecuencia, buscando el Bien Común. La definición de política como la fórmula del pueblo para trabajar en busca del Bien Común ha dado lugar a que este término – o el de bienestar general -aparezca descrito como el fin último del pueblo soberano en los primeros párrafos y preámbulos de la mayoría de las Constituciones, desde la de los Estados Unidos hasta la Constitución Española. En el año 2008, el profesor italiano Stefano Zamagni escribe “Léconomia del bene comune” en el que vuelve al concepto de Bien Común como algo intrínsecamente ligado a las relaciones entre las personas. Zamagni nos dice “No tiene futuro una sociedad en la que se diluya el principio de gratuidad; es decir, no es capaz de progresar una sociedad en la que solo exista el «dar para tener» o el «dar por deber»”.