Uno de los aspectos que siempre me ha llamado más la atención de la Economía del Bien Común ha sido el que naciera y floreciera en primer lugar en algunos de los países más ricos del mundo – Austria, Alemania y Suiza -. Este hecho es una clara muestra de que las personas pueden ser “ricas” a nivel económico y a la vez sentirse totalmente insatisfechas con el modelo de sociedad en el que habiten.
Gracias a la energía y empuje de su ideólogo Christian Felber – así como a su perfecto dominio del español – la Economía del Bien Común en menos de dos años se ha convertido en uno de los principales movimientos sociales de España y en una alternativa política, social y económica que es observada y aceptada por cada vez más personas así como por empresas y formaciones políticas de diferentes ideologías. La Economía del Bien Común puede ser la tabla de salvación que ayude a salir a España de la crisis si se consigue que, además de por la ciudadanía y las empresas – sea apoyada desde los gobiernos locales, regionales y, ojala, el gobierno nacional.
Pero tengo que reconocer que soy ligeramente escéptico en este punto y dudo de la humildad y capacidad de las principales fuerzas políticas españolas para apoyar una idea nueva y desvinculada de su “manual” ideológico tradicional. Como español y amante de mi tierra y mi gente, deseo de corazón equivocarme.
Llegado a este punto la pregunta es:
¿Cuándo la Economía del Bien Común pasará de ser un modelo teórico apoyado por personas, empresas y algunos municipios a ser un ejemplo real de nuevo sistema político, económico y social?
Para responder la pregunta explicaré mi sentir respecto a la Eonomía del Bien Común y Latino América, región que conozco perfectamente y en la que he trabajado tanto a nivel profesional como de voluntario. Aunque en muchos países latinoamericanos también existen partidos políticos tradicionales y personas de ideas fijas, el sentir social y el caracter de sus gentes hacen de estos países un lugar perfecto para el desarrollo de nuevas ideas y modelos. En Europa intentamos aferrarnos a nuestro pasado “glorioso” y nos da miedo cambiar estructuras y mirar a un futuro diferente. En Latino América desean deshacerse de su pasado, marcado primero por el colonianismo y después por la pobreza, y mirar al futuro apostando por nuevas ideas que les ayuden a desarrollarse a nivel social y económico.
Este sentimiento he podido corroborarlo personalmente tanto a través del contacto directo con algunos de los primeros grupos locales que están apostando por la Economía del Bien Común (en Argentina, México o Perú) como en mi última visita a Uruguay donde Intendentes y Alcaldes de diferentes ideologías se entusiasmaron con la idea de llevar lel modelo de la Economía del Bien Común a sus territorios.
Del 23 al 30 de abril tengo la suerte de visitar mi querida Colombia (país en el que trabajé intensamente entre 2010 y 2012) junto a Christian Felber en un viaje en el que acudimos invitados por diferentes organizaciones sociales y académicas como la Fundación Siembra Colombia, la Universidad Central, el Club UNESCO, Comfenalco Valle, la Universidad UPB de Medellín, Fundación Enlace Ambiental, la Universidad de Antioquía/Ríonegro y la Universidad Externado, las cuales a su vez son apoyadas por otras entidades colaboradoras. En tan solo una semana realizaremos conferencias y talleres en Bogotá, Cali y Medellín. El interés y las expectativas de las personas y organizaciones involucradas es elevado y en alguno de los eventos como el organizado por la Fundación Siembra Colombia asistirán hasta 700 personas, 300 de ellas representando a municipios de todo el país. Conociendo el espíritu innovador de las personas colombianas así como su valía profesional y su sentir social estoy convencido de que el mensaje de la Economía del Bien Común calará y llegará tanto a las personas como a los representantes de municipios y empresas de todo el país.
Y esto me lleva a contestar la pregunta inicialmente planteada. Los humanos necesitamos “ver” y “tocar” para creer y, por ello, para que las personas y países de todo el planeta consideren a la Economía del Bien Común como una alternativa real al actual sistema político, social y económico en el que vivimos en este globalizado mundo, se necesita un ejemplo real, un lugar concreto, en el que los valores de la Economía del Bien Común sean implantados de forma holística. Para ello, un país o una región concreta debe apostar firmemente por aplicar el modelo, implantándolo tanto a nivel local – municipios – como a nivel regional y/o nacional. De este modo, las empresas que realicen el Balance del Bien Común y demuestren una mayor contribución al bien común serán reconocidas y los consumidores las seleccionarán en su decisión de compra. Los gobiernos favorecerán a estas empresas con su legislación y a través de la compra pública, haciendo que cada vez más empresas sigan el camino del bien común. Y, por supuesto y lo más importante, las personas vivirán los valores de la Economía del Bien Común – dignidad humana, solidaridad, sostenibilidad ecológica, justicia social y transparencia y democracia – y los llevarán tanto a su vida personal como profesional (empresas e instituciones públicas).
Ojala no tengamos solo un “modelo” sino que aparezcan muchos a la vez. Si tenemos que apostar, yo apuesto por que el primer gobierno regional o nacional “valiente” aparecerá en Latino América. ¡Hagan sus apuestas!
Para aquellos que quieran conocer un poco más sobre las presentaciones que se realizarán en Colombia aquí dejo una de ellas.
Permitame felicitarle por esta iniciativa, ya que hay que difundir las buenas propuestas.
Yo soy el autor del libro “Sociedad del Bienestar Mutuo”, en el cual desarrollo un innovador modelo de sociedad, incluyo la propuesta de la economia del bien comun, ya que presente de forma excelente la idea de medir el bienestar con otros indicadores que no sean solo lo economico.
En nuestra propuesta, incluimos a todos los sectores de la sociedad, y desarrollamos: un modelo economico (de creacion del dinero), el modelo de indicadores de la economia del bien común (reordenados en tres clases: economico, ecologico y humano). Y lo más importante desarrollamos un modelo educativo, tanto para niños como para los actuales adultos, ademas de tocar otros sectores de las sociedad como fuerzas armandas y otros. Todo nuestro trabajo se fundamenta en los ultimos adelantos de la ciencia, que van mas alla de lo que popularmente se sabe y se cree de la ciencia.
Si la economia del bien comun le gusto, nuestro libro seguro le va a fascinar, y lo puede descargar gratuitamente de nuestra pagina y en tres idiomas, bienestarmutuo.org
Saludos y muchos exitos.
Muchas gracias por tus comentarios Robinson. Es genial saber que cada vez más personas caminamos en la misma dirección. Echaré un vistazo a tu libro, me interesa en especial la parte de educación para los niños, clave para un verdadero cambio. Un gran abrazo.