Indignación, sorpresa, risa o enfado son algunos de los muchos sentimientos que Jordi Évole consigue despertar en millones de personas cada domingo por la noche. Después de cinco años con SALVADOS, la ironía, la suspicacia y sobre todo la profesionalidad de este joven periodista hace que la audiencia del programa de La Sexta no deje de crecer.
Su aspecto de tipo normal, altura estándar, ni guapo ni feo, camisa a cuadros y pantalones vaqueros, hacen que la mayoría de los españoles nos identifiquemos con él. Sus gestos de asombro ante las respuestas de las personas entrevistadas son los mismos que, por desgracia, estamos acostumbrados a poner cada vez que las noticias nos sorprenden con un nuevo escándalo de corrupción o con la incompetencia y soberbia de nuestros políticos.
Évole se ha convertido en el Quijote del periodismo en este país. Sin miedo a las grandes empresas ni a los políticos, en cada entrega de SALVADOS nos presenta alguna de las muchas causas que hacen que esta crisis haya venido para quedarse.